Esta iglesia instalada en Viña del Mar desde 1905 ha aportado a la ciudad, además de ayuda espiritual, escuelas y permanente cuidado a la comunidad. La llegada de los frailes data de 1899, siendo Chile la primera fundación de la Orden del Carmen en Sudamérica. En la ciudad de Viña del Mar comenzaron impartiendo la espiritualidad teresiana, la humildad y la perseverancia a la hora de sobrevivir en lugares inhóspitos.
Tal y como narran sus escritos, los carmelitas descalzos debieron sobrevivir mucho tiempo de manera dificultosa. A pesar de que Viña del Mar es, en la actualidad y hace ya varias décadas, una ciudad elegante y totalmente cosmopolita, la verdad es que alrededor de 1900 no existía más que costa, terrenos baldíos y algún par de construcciones de familias adineradas cerca de la cordillera de la costa. En este escenario fue que los religiosos comenzaron a erigir su iglesia y convento a costa de trabajo y varios endeudamientos.
Fue en 1903 que, con esfuerzo y sacrificio, la orden religiosa recibió la autorización del Provincial de España de abrir su residencia a los feligreses, sin embargo, una remodelada iglesia ubicada en la parte baja de Viña del Mar reclamó sus derechos frente al territorio argumentando que en un área determinada no puede haber más de un templo debido a que las personas se dispersan y no aprovechan las nuevas instalaciones hechas para ellos mismos. Así fue como el Padre Epifanio de la Purificación, a cargo de la Orden del Carmen, logra adquirir 5.000 mt.2 en un sitio totalmente alejado de cualquier civilización e iglesia de ese entonces. Con características de suelo arenoso, este terreno se localizó en el corazón del loteo de la Población Vergara, lo que hoy se conoce como Cinco Norte con Libertad.
Así, en 1905 se abrieron, oficialmente, las puertas al público. Sin embargo, el terremoto de 1906 sacudió el convento y templo reduciéndolo a escombros y trabajo perdido. A pesar de todo, la llegada de nuevos hermanos a la comunidad permitió que se levantara otro templo al poco tiempo, el cual perduró por alrededor de 20 años hasta la construcción hecha en 1922 por el hermano Rufo de La Cruz, la cual pertenece al templo que se puede apreciar hoy en día. Con una estética gótica, este edificio es realmente hermoso y sobrecogedor a la hora de admirar, sobre todo por el hecho de que lleva casi cien años en pie, soportando los sucesivos terremotos de 1965, 1971, 1985 y 2010.
Los Carmelitas Descalzos llevan una vida de trabajo y servicio, estrechamente vinculada a la vida espiritual y al carisma de Santa Teresa de Ávila: oración y actividad apostólica indisolublemente hermanadas al servicio de la Iglesia. Santa Teresa transmitió esto a su familia, renovada la devoción a la santísima Virgen María del Monte Carmelo.
En 1936, la Orden del Carmen ayudó a los niños más pobres de la ciudad creando una escuela gratuita, sustentada por la donación de los fieles, esta obra solidaria se mantuvo hasta 2005, cubriendo con esto, décadas de trabajo comunitario y entrega a niños de escasos recursos. Nuevas directrices de la orden y la creación de muchas instituciones educacionales cercanas al templo carmelita, llevaron al cierre de la escuela. No obstante, la labor de la Orden del Carmen sigue siendo especialmente significativa para los vecinos de Viña del Mar y, su edificio neogótico es reconocido como uno de los elementos arquitectónicos más emblemáticos de la Avenida Libertad.