Como Monumento Histórico, el Castillo Wulff resalta sobre el resto de varias edificaciones de Viña del Mar por su antigüedad e imponente figura. Construido en la orilla del mar, sobre un promontorio de roca, en la Avenida La Marina 37, entre la desembocadura del estero Marga Marga y Caleta Abarca, el Castillo funciona hoy como sede de la Unidad de Patrimonio de la Ilustre Municipalidad de Viña del Mar, además de servir en sus salas del primer piso como galería y centro de exposiciones de diferentes obras pictóricas y plásticas de artistas contemporáneos.
La idea de disfrutar de un castillo posado en un roquerío nació del alemán Gustavo Adolfo Wulff Mowle, hombre radicado en Chile, quien hizo su carrera en el mundo de los negocios y destacó en su labor como filántropo. Inspirado en la antiquísima mansión de Liechtenstein, el señor Wulff comenzó los arreglos de esta creación enfrentando las dificultades propias de levantar una casa junto al Océano Pacífico. Para lograr poner la primera piedra de la construcción, debió solicitar al Estado Chileno una ley que le permitiera realizar construcciones en la orilla del mar. Aprobada esta petición en 1904, inició entonces la edificación de esta extravagante vivienda.
Fueron dos años, desde 1905 a 1906, los que tardó en terminarse este edificio, que maravilla a todos los que pasan cerca de él, por su estructura hecha de piedra recubierta de madera, con una torre almenada y un torreón circular. Todo esto en dos pisos que reflejaban una estética que mezclaba la arquitectura francesa y la alemana. A fines de la década de 1910, don Gustavo Wulff le pidió al reconocido arquitecto Alberto Cruz Montt, quien en 1912 edificó el Castillo Ross, que remodelara la estructura de su castillo dejando a este con una fachada recubierta totalmente de piedra, otorgando con esto a la construcción un aire medieval.
La historia ha hecho de este lugar un verdadero bien de lujo que no se ha quedado en un solo dueño. Este inmueble ha pasado por diferentes instituciones y cuidados. Luego del deceso de don Gustavo Wulff en el año 1946, la señora Esperanza Artaza heredó el bien raíz, que modificó paulatinamente con algunas ampliaciones y reconstrucciones que consistieron en quitar dos de las tres torres que el castillo poseía, además de ensanchar la entrada principal de éste. Al terminar este proceso se lo vendió en 1960 a la Ilustre Municipalidad de Viña del Mar. Ese mismo año, este sitio fue cedido a la Armada de Chile, quien lo utilizó como Museo Naval y Marítimo. En 1986 la institución trasladó el museo a Valparaíso, dejando el castillo desocupado hasta 1989, cuando la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM) lo ocupó en calidad de comodato hasta 1990. En ese año, el edificio funcionó como Museo de la Cultura del Mar, exhibiendo al público una hermosa colección de objetos y escritos de Salvador Reyes. Esta función perduró hasta 1999 en que el edificio queda nuevamente en manos del Municipio de Viña del Mar. Entre el año 2001 y el 2005, el inmueble alberga diferentes departamentos y dependencias municipales en él. Desde 2005 es destinado como sede de la Unidad de Patrimonio de la Municipalidad de Viña del Mar y, conjuntamente, un bello centro de exposiciones y galería de algunos artistas contemporáneos. Un aspecto que no podemos dejar de mencionar es el pasillo que conecta el ala norte del edificio, hoy sala de conferencias y eventos, con el torreón, en que se puede observar la rompiente del mar en el borde costero, a través de una claraboya rectangular de vidrio, preparada para resistir el peso de varias personas admirando esta perspectiva sorprendente desde la estructura interior de la edificación.
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